Caras nuevas, viejos amigos
<< Cada nuevo amigo que ganamos en vida nos perfecciona y enriquece más por lo que de nosotros mismos nos revela, que por lo que de él mismo nos da >>
Miguel de Unamuno
Se trata de sumar. En la vida, desde niños, durante nuestra juventud e incluso más en la madurez, damos pasos a ciegas intentando esquivar cada bache, grieta o peldaño mal señalizado con que nos topamos. Para evitar caernos precisamos de lazarillos con buena vista que nos guíen y nos sirvan de apoyo para que cuando tropecemos con el bache, caigamos en la grieta o nos trastabillemos con ese jodido peldaño podamos estirar la mano y sujetarnos a un brazo, agarrarnos a una manga o, por qué no, toquemos teta si nuestro lazarillo es una bien dotada mujer y de esta forma mantenernos en pie y no probar el frío e insípido asfalto.
Cuando era chiquito mi madre me decía eso de << no hagas caso de desconocidos >>, y ahora que soy un poco menos chico no hago más que juntarme con extraños.
Está bien ser cuidadosos y saber con quien se anda, a quien escuchas y a quien te confiesas, pero, ya que en la variedad está el gusto, seamos cautelosos con temeridad, seamos temeridosos, que no es ni una ni la otra ni tampoco un buen juego de palabras, pero ilustra bien lo que quiero decir.
Si buscáis temeridoso en el Diccionario no escrito de las Ficciones no escritas de #NH podréis leer lo siguiente: << Se dice de aquello que combina lo irreflexivo y lo prudente a partes iguales pero matizables >>, es decir, como dijo Manquiña en aquella mítica película, << Como te digo una cosa, te digo la otra >>, ni cauto, ni temerario, ambas a la vez, o ninguna al mismo tiempo.
En los últimos 6 meses he conocido al menos un centenar de personas, algunas de ellas han calado profundo en mí y, como cita el encabezado, me han hecho mejor, mostrándome nuevas vías de pensamiento, nuevos comportamientos, nuevos acentos, nuevas caras, cada cual diferente, todos distintos y parecidos a la vez, desconocidos que por ser temerario conocí como personas y que por ser cauto he recibido como amigos.
Podría pasarme horas hablando de cada uno de ellos, hacer menciones individuales una tras otra o puedo compartir esta entrada en Twitter y Facebook y que todos los que la leáis os deis por aludidos sin necesidad de que yo os lo diga, porque sí, esto va por ti que me estas leyendo, porque me has hecho mejor persona y por ello te doy las gracias, amigo mio.
Para ti mi cara también es nueva, viejo amigo.
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